El sendero de la Raigambre nos permite ser conscientes de que, para hacer vidas vivibles, tenemos que vincularnos en un territorio que no solo nos provee de agua, aire o alimentos, sino también de anclaje emocional, físico y simbólico con sus costumbres, historias, lenguas, saberes y tradiciones. Por ello, sostener las vidas pasa por sostener todas esas raíces que se hunden en el tiempo (nuestras genealogías) y espacios (sumando también a las que llegan y a las que otrora han sido expulsadas).
En su recorrido por el sendero de la Raigambre nuestros andariegos van dejando rastros con los que transformarse a sí mismos y a nuestros municipios. ¿Cómo contribuyen con sus pasos? La comunidad puede aportar interculturalidad; la economía, proximidad, y las instituciones, vertebración.

¿Quieres saber qué supone cada uno de estos criterios? Visita la guía La sostenibilidad de la vida como faro municipal y descubre más sobre cada uno de los aportes, algunas preguntas que podemos hacernos y también medidas que podemos poner en marcha. Recuerda que puedes descargarte de forma libre aquí.
O visita la web del proyecto:

Municipios cuidadores es un proyecto de Aradia Coop. financiado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.
