Los entornos educativos están moldeados desde los sistemas de dominación que atraviesan nuestro contexto. Por tanto, en nuestras aulas se (re)producen desigualdades de género (y no solo). Los planes de estudio, los materiales y las bibliografías, las formas de comunicar o de ocupar el espacio son, muchas veces sin darnos cuenta, elementos que contribuyen a perpetuar las distintas formas de discriminación hacia las mujeres. Esta guía, elaborada junto a Cecilia Güemes e Igor Ahedo, parte de este diagnóstico para proponer herramientas que nos acompañen en la aventura de construir clases más cuidadoras, cómodas y seguras para todas las personas. Si quieres profundizar más en este tema puedes acudir a las páginas de un proyecto de investigación más amplio: Investigación-acción educativa para desvelar y gestionar cooperativamente desigualdades de género.