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Espacio público y espacio privado

Desde Aradia, sabemos que es necesario dotarnos de herramientas que nos ayuden a (re)pensar nuestros entornos. Por eso, a partir de aquí, vamos a ir creando una cesta de herramientas feministas con nociones que pensamos fundamentales, especialmente, para comprender las relaciones de poder presentes en nuestras sociedades.

     Para comenzar queríamos hablar de un concepto fundamental como es la división de espacios. Por eso, Andecha y Agarimo nos cuentan por qué es importante conocer y desvelar esta dicotomía entre lo público y lo privado.

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  1. Nuestra sociedad se ha desarrollado sobre una construcción binaria a través de la cual distinguimos el espacio público y el espcio privado. El primero corresponde a la sociedad civil, a lo político, alo productivo. El segundo, al estado natural, a los afectos, a las familias.
  2. Esta construcción no es neutra, está atravesada por el género (y no solo). Tradicionalmente, el espacio público ha sido el imperio de los hombres, mientras que el espacio privado ha sido el hogar de las mujeres.
  3. ¿De dónde viene? Vayamos atrás en el tiempo, al periodo conocido como la Ilustración o el Siglo de las Luces. Y donde hay luces, hay sombras. La época de la exaltación de la razón y del llamado progreso, reserva este privilegio a solo una parte de la sociedad: los hombres (blancos burgueses). Las mujeres quedan excluidas de las promesas ilustradas: ni fraternidad, ni igualdad ni libertad para ellas.
  4. Veamos una frase de Jean Jacques Rousseau, uno de los pensadores más relevantes de este periodo: “[…] toda la educación de las mujeres debe referirse a los hombres. Agradarles, serles útiles, hacerse amar y honrar por ellos, educarlos de jóvenes, cuidarlos de adultos, aconsejarlos, consolarlos, hacerles la vida agradable y dulce: he ahí los deberes de las mujeres en todo tiempo, y lo que debe enseñárseles desde su infancia".
  5. Esta cita está sacada de su obra "De la educación" y corresponde al papel de Sofía. Frente a ella, dibuja a Emilio que representará al ciudadano ideal. Esta pareja imaginada por Rousseau encarnará las cualidades que se asocian a la relación espacio público-masculinidad-hombres y espacio privado-feminidad-mujeres. Lo privado estará ligado a la emoción, lo natural, lo particular. Lo público será el lugar de la sociedad civil, la razón, la cultura, lo universal.
  6. En este sentido, la politóloga Carole Pateman, dirá que nuestro modelo de democracia se construye sobre lo que llama un contrato sexual. Es decir, un pacto de sujeción a las mujeres en el que los varones se reservaban el acceso a las mujeres a través del matrimonio o la prostitución.
  7. ¿Conocéis el lema “lo personal es político” del movimiento feminista? Esta reivindicación se refiere a que lo que ocurre en los hogares, familias y en los propios cuerpos son asuntos públicos. Por lo tanto, busca(ba) dinamitar esta distinción público-privado.
  8. Por supuesto, está división no se puede aplicar a todos los contextos. Tampoco se puede decir que no haya evolucionado, pero sigue estando más presente de lo que muchas veces pensamos. Y nos sirve para entender muchas formas de desigualdad de género que nos rodean (por ejemplo, la división sexual del trabajo).
  9. . Hagámonos algunas preguntas para terminar: ¿Quiénes ocupan mayoritariamente los espacios de poder? ¿Sobre quiénes recaen los cuidados en las familias heterosexuales de nuestro entorno? ¿Quién pide más excedencias por cuidado de familiares o criaturas? ¿Cómo se distribuye el tiempo de ocio? ¿Quién protagoniza la mayor parte de las ficciones?, ¿sobre quién recae usualmente la acción?...

Si miras bien verás que esta separación de espacios impregna gran parte de nuestras sociedades, por eso es importante ser consciente de estas divisiones que naturalizamos pero que son construcciones sociales que podemos (debemos) superar.