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Orange Is The New Black

En un contexto de colapso ecológico, desigualdades crecientes, discursos reaccionarios y tanques de guerra resonando (en Ucrania y en otros tantos territorios más), el akelarre ha querido recuperar esta frase de Tiffany “Pennsatucky” Dogget , cuando le responde al (mediocre) consejero de la prisión de Litchfield, Sam Healey:

“No se ofenda, pero tener a hombres al mando no me ha traído nada bueno”  Tiffany Dogget alias Pennsatucky

“No se ofenda, pero tener a hombres al mando no me ha traído nada bueno”. Se trata de una cita que pertenece a "Fue el cambio", el episodio 12 de su segunda temporada. Una frase que nos empieza a dejar ver el cambio en el personaje de Pennsatucky, una mujer socializada en la complacencia y en la naturalización de la violencia machista, así como en posiciones reaccionarias frente a colectivos como el LGBATIQ+.

          Será justamente de la mano de Big Boo (una lesbiana butch) donde inicia su proceso de transformación. La serie nos regala uno de los procesos de reconocimiento, aprendizaje y deconstrucción más bonitos de la televisión. Y pone en valor toda la labor pedagógica del feminismo para tomar conciencia de las relaciones de poder que nos rodean. Y, por supuesto, de la sororidad como herramienta para cuidarnos entre nosotras, tejer lazos de apoyo y enfrentar las distintas violencias patriarcales.

 

     Además de parecernos una referencia muy esclarecedora para los momentos que vivimos, queremos destacar la importancia que Orange is the New Black tiene a la hora de comprender el momento televisivo actual. La serie imaginada por Jenji Kohan para una (aún incipiente) Netflix se introduce en una prisión femenina para mostrarnos los dolores y sueños de un grupo de presas. Una apuesta por la diversidad que  enfatiza los cuerpos, vulnerabilidades y resistencias de las mujeres denunciando, además, las violencias estructurales que atraviesan la sociedad estadounidense. En definitiva, a lo largo de las entregas, esta producción se convertirá en una de las más lúcidas a la hora de narrar el contexto cultural, económico, político y social del país.

 

¡Así que, si no lo habéis hecho ya, no dudéis en acercaros al mundo de Litchfield!

 

Y si os interesa profundizar desde una mirada crítica en el serial os dejamos alguna de nuestras publicaciones académicas al respecto:

  • La reapropiación del cuerpo de las mujeres en la ficción televisiva. Análisis de Orange is the New Black en Investigaciones Feministas (2017).
  • White is the new black. Entretejiendo ejes de discrimianción en Orange is the New Black. En Index.Comunicación (2016).
  • Otro arquetipo femenino es posible. Interseccionalidad en Orange is the new black. En Mhjournal (2015).

Y, por supuesto, es una de las series que tratamos en nuestro libro Series de la Resistencia. Diversidad en la televisión frente al trumpismo (Readuck, 2021).